Vulvodinia
La vulvodinia es una enfermedad ginecológica caracterizada por dolor crónico en la vulva y los tejidos que rodean el acceso a la vagina.
Vulvodinia
En ocasiones, esta enfermedad puede afectar solo al clítoris, la entrada vaginal, el orificio uretral, hasta afectar a órganos internos como la vejiga o toda la uretra. El dolor vulvar crónico que caracteriza el trastorno suele ir asociado a ardor intenso, dispareunia (dolor durante las relaciones sexuales) y enrojecimiento; solo en raras ocasiones se acompaña de otras lesiones que puedan observarse macroscópicamente.
El dolor asociado a la vulvodinia se produce, en la mayoría de los casos, durante el acto sexual, pero también puede aparecer espontáneamente, tal vez asociado a algún movimiento, cuando la paciente se sienta o camina. Esta sintomatología dolorosa no es necesariamente solo provocada o solo espontánea: puede manifestarse de ambas formas en el mismo paciente.
A pesar de ser una afección frecuente, la vulvodinia puede diagnosticarse tarde, así como no tratarse durante años, porque se subestima (nota: se considera una enfermedad «invisible») y se percibe como difícil de tratar. No en vano, durante mucho tiempo la vulvodinia se clasificó como una «enfermedad psicosomática» o incluso «psicógena»: en realidad, esta interpretación está obsoleta, ya que se trata de una enfermedad con una sólida base biológica que se inscribe en el ámbito ginecológico y que puede tratarse eficazmente con un protocolo de tratamiento adecuado.
¿SABÍAS QUE...?
1 de cada 7
1 de cada 7 mujeres la padece
1 de cada 2
1 de cada 2 ginecólogos la reconoce como enfermedad
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Se considera una enfermedad invisible
1 de cada 7
1 de cada 7 mujeres la padece
1 de cada 2
1 de cada 2 ginecólogos la reconoce como enfermedad
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Se considera una enfermedad invisible
Cómo se resuelve
La vulvodinia no se resuelve de forma natural y es una afección que deteriora significativamente la calidad de vida de la paciente, sobre todo en la esfera de la pareja y sexual.
Por lo tanto, el tratamiento de la vulvodinia debe ser multidisciplinar y personalizado en función de las molestias manifestadas por la paciente y de su estado clínico específico. Por lo tanto, el tratamiento de la vulvodinia puede incluir diversos enfoques para hacer que las sensaciones dolorosas sean menos frecuentes e incapacitantes. La combinación terapéutica más eficaz siempre la personaliza el médico en función de los factores predisponentes, la gravedad y la duración de los síntomas. Con el establecimiento de un protocolo de tratamiento específico y completo, es posible recuperarse en pocos meses.
Hoy en día, existen terapias tecnológicas que se utilizan para tratar este tipo de problema, especialmente sus consecuencias de hipertonía.
Como consecuencia de la percepción anormal del dolor, los haces se contraen y aumenta la percepción del dolor. Se produce, por tanto, una situación de contracción continua denominada hipertonía.
Una terapia muy eficaz es la magnetoterapia con Dr. Arnold: una lounge chair que emite ondas electromagnéticas para reeducar el suelo pélvico. Estimula selectivamente los haces musculares induciendo contracciones muy intensas sin dolor ni molestias.
Las pacientes se sientas vestidas y el problema se resuelve en pocas sesiones.
Las contracciones y relajaciones musculares inducen una relajación del tono muscular hasta que el tejido se reequilibra y se alivia el dolor.
Durante el tratamiento, la paciente siente la contracción de músculos que en su mayoría son desconocidos. Por eso hablamos de tratamiento reeducativo y rehabilitación.
El protocolo de hipertonía tiende a relajar los músculos, induciéndolos a relajarse.